lunes, 19 de octubre de 2009

Semana a la vista: lunes


El despertador ha vuelto a sonar a las 6.45 a pesar de que hasta el próximo jueves sigo estando de vacaciones. Acostumbro a reeducar los despertares unos días antes para evitar el ataque de ansiedad de la noche previa.

El pasado lunes volví de Londres y todavía me duele el oído como en el peor momento de presión del aterrizaje en Alicante. Aunque creo que eso no es lo peor: sigo mirando primero a mi derecha cuando voy a cruzar la calle y la maleta, medio vacía, está aún en el centro de la habitación, como si no tuviese del todo claro que en mucho tiempo no voy a volver a llenarla.

Después de pasar la mayor parte del fin de semana recopilando información sobre las asignaturas que de aquí a enero van a suponer otro reto que superar, el escritorio rebosa de papeles sin clasificar, tarea que me va a llevar gran parte de la mañana. Aunque también he de aprovechar que de momento no llueve para poner un poco de orden en la terraza. Y en la cocina. Incluso en el baño. Desde que en la última visita al pediatra con meri éste, como respuesta a mi queja de que no podía obligarla a comer fruta, me dijo que tampoco era agradable limpiar la casa y sin embargo estaba seguro de que lo hacía, me di cuenta de la razón que llevaba y también dejé de obligarme a hacerlo. En esas condiciones, mi pequeño caos crece a diario. No hay suciedad acumulada, aunque sí desorden. Pero no quiero agobiarme con que sólo me quedan tres días. En cuanto recupere la rutina de una hora para cada cosa -no sé realmente a quién quiero engañar con ésto- la propia cadencia de los días irá transformando la rebeldía en desidia y acabaré por volver a la tarea.

Pero hoy todavía es lunes y sigo de vacaciones. A las 10 abren el spa más cercano. Después habrá tiempo de sobra para (casi) todo.

1 comentario:

La Petite en Belgique dijo...

Me alegra volverte a ver por aquí. Cuida ese oido y disfruta de lo que quede de las vacaciones.