jueves, 16 de octubre de 2008

Casi de vuelta.


En la casa de mis padres las cortinas siempre están echadas y el teléfono no para de sonar.

Desde que me convertí en usuaria asidua de internet ha sido la primera semana de mi vida en que no he echado de menos poder estar conectada. Aunque creo que tal acontecimiento extraordinario ha ocurrido porque no he tenido ni un minuto de tiempo para estar conmigo y con mis propias cosas. Volví anoche físicamente pero mi espíritu todavía sigue vagando detrás de esos visillos y no acaba de reunirse del todo con mi cuerpo. Un poco de tiempo. Creo que necesito todavía un poco de tiempo antes de llegar a la descompresión absoluta y satisfactoria. Porque los días pasados entre médicos, enfermeros, medicamentos y camas de hospital -aunque estén en casa de los padres de una, territorio familiar y entrañable como ninguno- vienen a ser como una abducción en la que te ves transportada a otro mundo, desconocido y en absoluto deseado, del que no puedes huir por mucho que lo estés necesitando.

5 comentarios:

servidora dijo...

:-*

Anónimo dijo...

Espero que pronto puedas volver del todo. Aquí y a cualquier sitio en el que quieras estar.

Ánimo.

mjromero dijo...

Pues, bienvenida y feliz aterrizaje, si ya has llegado a poner los pies en tierra, aquí estamos.

Isabel dijo...

¿Todo va mejor?Seguro que el remanso llega,amiga, y estaremos dispuestos a saber de ti siempre que tú te pongas manos a la obra... ;-)
Un beso y un relajado fin de semana.:-)

dudo dijo...

feliz regreso... que te acompañe lo bueno,y que hayas dejado atrás lo malo... besos de yogur.