domingo, 12 de abril de 2009

Familiar, amable, suyo.


Hay un perro. En alguna de las viviendas de uno de los edificios cercanos hay un perro. No le veo pero le oigo. Desde esta mañana temprano. Ese perro que pronto se quedará sin voz o sin aliento y yo debemos ser los únicos que en este día de pascua nos hemos quedado en casa. Aunque al perro más bien lo han dejado. Porque la tradición hoy es salir. A la playa, a la montaña, al campo. Reunirse con los amigos a pasar el día aire libre o al calor del fuego entre las paredes de alguna de esas casitas en la periferia a las que estamos tan apegados.

Esta mañana me han despertado los ladridos angustiosos del perro. A lo largo del día ha ido cambiando tanto el tono como la intensidad. Aunque sin parar del todo. Ahora mismo son de irritación, de enfado, de abandono. Los perros no saben que los humanos acabamos volviendo. Y haciéndonos perdonar con una simple caricia, una palabra, un gesto de cariño. Yo tenía sueño. Lo sigo teniendo. Me dormí tarde anoche, pensando en meri, en el hueco que ella no ocupaba en la cama que compartimos. La llamé a última hora de la tarde, cuando volví a casa, por si se conectaba y podíamos charlar un rato en el messenger. Hasta las doce pasadas no coincidimos. Pero mereció la pena porque nos reímos, a carcajadas. Carcajadas on line que resonaron en la noche, cruzando la ciudad de parte a parte. Como lo hacemos en nuestros momentos de complicidad, de bromas compartidas, de silencios y miradas que las dos tan bien comprendemos. Ella está en la casa en la que vive exposo, en la que le es cedida a regañadientes una habitación cuando se cumple el régimen de visitas, que cada vez es menos. Yo noté que había estado aquí, en casa, en mi ausencia, en el mismo momento en que crucé el umbral cargada con la pequeña maleta que me había llevado. Se lo comenté y me dijo que sí, que había necesitado escaparse un rato y qué mejor que pasarlo aquí, donde todo le resulta familiar, amable, suyo.

3 comentarios:

el ojo con dientes dijo...

poco a poco todo se soluciona querida A. Ya verás. un beso y que termines las pascuas muy bien

Anónimo dijo...

Paso, saludo, dejo constancia (no siempre, la mayor parte de las veces, paso y leo solamente). Pero estás ahí, estoy. Y la vida va haciendo sus propias trenzas.
Muchos besos, cuídate

Anónimo dijo...

Cada día escribes mejor, jodía.