jueves, 18 de septiembre de 2008

Crueldad gratuita.


"Lo que hizo que me sintiera verdaderamente derrotado fue la sensación de que yo no era imprescindible. Había dado por supuesto que para el éxito del 'experimento' era necesaria mi presencia más que ninguna otra; pero quizá no fuera así, y yo no había sido más que una anécdota secundaria, y por eso me habían dejado de lado cuando traté de asumir una importancia mayor de la que me correspondía.
(...)
Me estaban dando una oscura lección metafísica acerca de cuál es el lugar que ocupa el ser humano en la existencia, acerca de las limitaciones de todo egocentrismo. Pero en realidad daba mucho más la sensación de que todo se redujera a una muestra de crueldad gratuita; aquello se parecía mucho más a la tortura de un animal indefenso que a la lección de un maestro de la vida. Me encontraba sumergido en un océano de desconfianza, no sólo en relación con las apariencias sino también con las intenciones. Durante muchas semanas había tenido la sensación de que me partieran en dos, que me desconectaran de mi anterior personalidad, o de las estructuras de las ideas y los sentimientos conscientes cuya estrecha vinculación constituye la personalidad; ahora en cambio parecía que me hubiesen tumbado sobre el banco de un taller, convertido en un revoltillo de piezas sueltas, y abandonado por el mecánico... Y consciente de que no sabía cómo volver a recomponerme."

John Fowles. El Mago.

1 comentario:

CarmenS dijo...

¿Se recomponía al final? Seguro que sí, que salía entero y con ganas de salir adelante del experimento.