En este País (Valenciano aunque podría ser de Nunca Jamás) y a unos más que a otros, nos gusta ir un paso por delante. Con ese fin, cada vez que nos convocan a unas elecciones solemos votar a los políticos que se postulan más modernos, valientes y rompedores. A lo largo de los cuatro años de su mandato les animamos a plantearse polémicas ficticias en las que puedan, desde la portavocía de cada partido, dar sobradas muestras de esas superiores inteligencia y categoría moral que les ha llevado a ocupar tan altos y dignos sillones. Y no tienen por costumbre defraudarnos.
Así, mientras en otras Comunidades Autónomas la batalla es cargarse una insignificante asignatura de los planes de estudio oficiales y obligatorios, nuestro President, con la elegancia y cosmopolitismo que le caracteriza, afirma que aquí, donde somos más europeos (incluso más americanos) que ninguno y donde, a base de grandes eventos nos codeamos a diario con la crème de la crème – que, como es bien sabido, no habla en valenciano y a duras penas si lo intenta en castellano – la insignificante asignatura no sólo se impartirá incluso en los mejores colegios, sino que además se dará en nuestra tercera lengua, que como todos sabemos, es el inglés, idioma que nos enseñan en los colegios desde el mismo día en que pisamos por primera vez un aula.
La oposición, oponiéndose como es su costumbre, entra al trapo y hace una contrapropuesta, sin ser consciente de que les está hurtando a nuestros hijos la opción de una educación como de colegio privado, sin tener ni la necesidad de llevar uniforme siquiera. Aunque yo creo que ahí se equivoca, pues esa materia ya tiene (de nuevo) lengua oficial, y no será precisamente nuestro President quien acceda a cambiarla.
Este post lo escribí (y publiqué en otro sitio) hace justo un año. La asignatura -y con ella la falsa polémica surgida de todos sabemos dónde- sigue estando a día de hoy tanto en el candelero que el tema, ahora que no estoy demasiado inspirada, puede darme incluso para una serie. Así las cosas, y aprovechando que mi adolescente está metida de lleno en la asignatura y tengo información de primerísima mano, seguiremos informando.
4 comentarios:
Te ha faltado acabar con lo de "Stay tuned!", por aquello del cosmopolismo y tal y tal y tal :-D
Y tienen el santo morro de haber gastado dinero en promocionar el engendro... ainsssssss...
Camps hace el ridículo tanto como Aguirre. Creo haber leído que ya hay 50 (cincuenta) objetores a dar la asignatura. Los niños encantados con tener una asignatura menos. ¿O no? Igual a los niños les apetecería que alguien les hablase de los que se cuece en el mundo en el que viven.
¿Por qué habrá tantos cenutrios organizándonos la vida en esta España nuestra?
El cretinismo mental de muchos políticos del principal partido de la oposición es asombroso, el ridículo lo tienen superado. En lo relativo a la Educación para la ciudadanía es curioso que en la educación privada no hay problema.
De todas formas... creo que la verdadera gravedad del tema no se está tratando ni aquí ni en los medios (y no tiene que ver con la chorrada del inglés y de que un partido apoye cada cosa). El principal problema es que hemos llegado a un punto en el que el estado es el que decide (y enseña) qué valores éticos deben tener los ciudadanos.
La asignatura podría haber estado muy bien si se dedicase a enseñar fundamentos éticos y a fomentar el espíritu crítico, pero en vez de eso se van a inculcar valores concretos. Creo que eso es lo peligroso.
Cuando el PP tenga mayoría absoluta, ¿dejaréis que le enseñe a vuestros hijos su educación para la ciudadanía? ¿Y si ganase las elecciones un partido católico? ¿O el partido comunista? ¿No preferís enseñarle vosotros ética a vuestros hijos?
Esto empieza a ponerse mal: el estado cada vez trata más a los ciudadanos como a sus hijos. A mi no me gustaría volver a vivir como si fuera un niño, no sé a vosotros.
Publicar un comentario