viernes, 25 de abril de 2008

Ocho.


Hace ya una semana que dejé esta ventana abierta a merced de tu mirada. Los mismos días que me ha costado volver a sentirme a gusto navegando por la red. Como en los viejos tiempos, cuando era yo la única que visitaba (una vez tras otra) el diario que, sin ningún esfuerzo y sólo para mis ojos, había empezado en forma de blog.

Han pasado casi cuatro años desde entonces y no sólo he vuelto al principio casi con la misma ilusión sino también con las mismas limitaciones. Las que me impiden no sólo desplazarme con fluidez en busca de nuevas personas (o personajes) sino también las que me dejan sin palabras cuando, en un acto de osadía que no tiene nada que ver con mi carácter tímido y reservado, intento dejar un comentario al encontrar alguna con la que de verdad quisiera comunicarme. Aún así, confío. En superar ese miedo y recuperar la soltura con que me movía en el parís que ahora me resulta tan lejano.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro de que esto sea así. Yo creo que te hacía falta este cambio. Empezar de nuevo, ir abriendo el caminito. Estrenar cosas. Estrenar página, estrenar vida...
Muchos besos y disfruta este fin de semana

servidora dijo...

En París hablan francés. Muy chic, pero ve y píllate un bocata de jamón... no creo que lo consigas.

Y de calamares con alioli, misión imposible :-)

A mí me gusta tu nuevo barrio :-D

servidora dijo...

Ah, y echo de menos tus comentarios, así que me hizo mucha ilusión volver a verte por mi casita ;-)