Preguntaba gilda hace unos días a qué sabe el gazpacho. Aunque es complicado responder a esa cuestión -pues considero que los sabores, como los olores, son muy personales- se me ocurre responder que el gazpacho sabe, sobre todo, a verano, a huerta, a verde, pero también a rojo, a mediterráneo, a ventanas abiertas, a brisa marina, a labios salados, a piel ardiente, a cebolla y a ajo.
No existe una receta válida del gazpacho porque creo que es un manjar que cada uno prepara a su manera y con sus ingredientes favoritos. Los hay básicos y complementarios. Los que son imprescindibles y los que pueden ser evitados. Yo sólo puedo ofrecerte la mía personal, para que vayas añadiendo o quitando.
En un vaso de batidora se van triturando tomates muy maduros pelados, despepitados y cortados a trozos. Pimientos rojos y verdes. Cebollas y ajos. Pepino sin pepitas. Pan remojado en agua. Aceite de oliva de la mejor calidad. Un buen vinagre de vino blanco. Sal al gusto. Yo tengo un pequeño truco para que todos liguen al tiempo y es hacer el triturado en pequeñas tandas que incluyan una cantidad razonable de cada uno de ellos, poniendo por último el pan y derramando el aceite sobre esa masa remojada. Después se va poniendo en un cuenco grande en el que, cuando ya esté el triturado completado, se añaden unos cubitos de hielo, no sólo para refrescar, sino también para aclarar y conseguir que la crema que se obtiene quede un poco más líquida. Después de tenerlo en el frigorífico unas horas, se remueve y a la mesa.
Si gustan los tropezones, que seguramente sí, se sirven aparte, en bandejitas individuales, pequeños daditos de todos los ingredientes que se han utilizado. Sin olvidar los picatostes. En ese caso, se sirve en cuencos y se toma con cuchara. Si se prefiere como bebida refrescante, sólo hay que añadir unos pocos cubitos de hielo más y servir en bonita copa enfriada con anterioridad. Ese, querida gilda, es mi gazpacho. Yo no puedo explicarte su sabor; has de probarlo.
No existe una receta válida del gazpacho porque creo que es un manjar que cada uno prepara a su manera y con sus ingredientes favoritos. Los hay básicos y complementarios. Los que son imprescindibles y los que pueden ser evitados. Yo sólo puedo ofrecerte la mía personal, para que vayas añadiendo o quitando.
En un vaso de batidora se van triturando tomates muy maduros pelados, despepitados y cortados a trozos. Pimientos rojos y verdes. Cebollas y ajos. Pepino sin pepitas. Pan remojado en agua. Aceite de oliva de la mejor calidad. Un buen vinagre de vino blanco. Sal al gusto. Yo tengo un pequeño truco para que todos liguen al tiempo y es hacer el triturado en pequeñas tandas que incluyan una cantidad razonable de cada uno de ellos, poniendo por último el pan y derramando el aceite sobre esa masa remojada. Después se va poniendo en un cuenco grande en el que, cuando ya esté el triturado completado, se añaden unos cubitos de hielo, no sólo para refrescar, sino también para aclarar y conseguir que la crema que se obtiene quede un poco más líquida. Después de tenerlo en el frigorífico unas horas, se remueve y a la mesa.
Si gustan los tropezones, que seguramente sí, se sirven aparte, en bandejitas individuales, pequeños daditos de todos los ingredientes que se han utilizado. Sin olvidar los picatostes. En ese caso, se sirve en cuencos y se toma con cuchara. Si se prefiere como bebida refrescante, sólo hay que añadir unos pocos cubitos de hielo más y servir en bonita copa enfriada con anterioridad. Ese, querida gilda, es mi gazpacho. Yo no puedo explicarte su sabor; has de probarlo.
4 comentarios:
Uhm... tendremos que traernos a Gilda a España para que pruebe tu gazpacho, ¿no? :)
Dale, me sumo a la propuesta de Fusa.
:)
Ahora sí. Quiero gazpacho. Aparte es una palabra hermosa. Rima con "apapacho".
Refresca de solo leer!
Besos!
Difícil definir el sabor. Supongo que el tuyo, tan hábil en la cocina, tan entregada a tus recetas, debe ser delicioso.
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