viernes, 28 de noviembre de 2008

Hace tanto frío.


Tomo café con leche y fumo mientras, aún con las ventanas herméticamente cerradas, siento la lengua fría del viento que sopla ruidosamente en la calle erizándome los pelillos de la nuca. A pesar de haberme puesto una dulce bufanda para cubrir el cuello es precisamente por ahí por donde se cuela el escalofrío.

Podría dormir toda la mañana y sin embargo mi cuerpo se despierta temprano, la ansiedad me empuja fuera de la cama y poco a poco voy perdiendo el calor que he ido acumulando durante toda la noche, apretujada en la cama contra el cuerpo de meri. Adoptamos la misma postura todas las noches, perfectamente acopladas como si formáramos parte de un puzzle de apenas dos piezas, milimétricamente ensambladas.

Se acaba mi semana de vacaciones en la que, a pesar de no suceder nada extraordinario, he disfrutado de pequeñas sensaciones que no estaban previstas en mi plan de viaje. Hace tanto frío, ha llovido tanto, que las horas se arrastran sin salir apenas de casa. Eso no impidió, no obstante, que ayer por la mañana me abrigase y saliese a enviar, después de empaquetarlo cuidadosamente, el regalo de cumpleaños para mi preciosa y pelirroja amiga del norte. Aproveché la salida, por otro lado, para buscar mi autorregalo, que en los últimos días tuve que ir cambiando de ideas debido a circunstancias que fueron surgiendo. No ha salido mal la jugada del todo porque así he llegado justo a tiempo de comprarme la segunda de las novelas de Stieg Larsson, que de otro modo hubiese quedado pendiente para finales de diciembre. Además, ya que estaba en una calle repleta de tiendas sin aglomeraciones y con multitud de ofertas (la crisis, dicen) y ya puesta a gastar un dinero que todavía no tengo, la cámara de fotos que desea meri, a la que ahora se le ha metido entre ceja y ceja que quiere ser la mejor de las fotógrafas. Porque yo la creo y por mí no va a quedar que, al menos, intente serlo.

Las luces de la calle se van apagando. Y hace tanto, tanto frío.

4 comentarios:

Fernando Manero dijo...

Hace frío, pero eso a tí no te arredra, no te impide descubrir que, más allá del frío y de la lluvia, siempre hay alguien y algo que nos espera, motivos que justifican nuestra presencia, encuentros posibles que descubrir, empeños que nos justifican seguir adelante y darnos cuenta de que no estamos solos.

Anónimo dijo...

Hace frío, tanto frío, pero el cariño da tanto calorcito :)

Felicidades, nena, y cuando tengas frío acuérdate de que por aquí los niños ya an podido hacer muñecos de nieve :)

dudo dijo...

Ay, valiente, mira que tú escribes frío, y yo, no sé porqué, siento calor...
Abrazazos...

servidora dijo...

He preferido esperar a hoy para felicitarte :-)

Este es el regalet y espero que te guste :-) Un bico enorme, reina...

Climb on board
You'll soon manage
To find at the far and of the carriage
The most wonderful buffet
There's everything you'd want to eat
You can take a feast back to your seat
Whatever you can fit onto your tray
And the mist on the windows will start to fade
As the sun climbs higher in the sky
And you can sit back with your café au lait
While outside thr waking city clatters by
So things didn't quite meet expectations
But you're bound to conclude upon reflection
There's no reason you should give a damn
Just treat yourself
To a cinnamon pancake
Very soon you'll forget your heartache
When you have breakfast on the morning tram