lunes, 2 de junio de 2008

Cuarenta y seis.


Hay días en los que da la sensación de que no ocurre nada, y sin embargo cada minuto que pasa es por completo diferente del que acaba de pasar.

Hay días en los que todo parece transcurrir plácidamente, y sin embargo descubres que con cada mirada, con cada palabra, se puede desencadenar un episodio de furia que no puedes controlar.

Hay días en los que se diría que se está navegando en aguas tranquilas y sin embargo esa misma calma te está conduciendo a un mar embravecido en el centro del peor temporal.

Hay días en los que se agradece el silencio y otros en los que es necesario gritar.

Por fortuna, además de días hay personas. Y eso, muchas veces, es lo mejor que te puede pasar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay personas, memoria. Sí. Y hay recursos en la cabeza de una para acudir a ellos cuando es necesario y utilizarlos como conjuro.
A mí la furia últimamente me es bastante sencillo controlarla, pero el método no te lo recomiendo... He dejado de enfadarme por el enorme gasto de energía que me supone, y no estoy para esos excesos...
Hay personas, en cualquier caso. Y muchas (cada vez más, como puedes ver) aguardan tus palabras. Lo que prueba que la gente tiene buen gusto...
Un abrazo desde esta mañana preciosa (creo que voy a bajar a pasear por la playa un ratito)

violetazul dijo...

Sí hay personas, y a veces, tenerlas cerca ayuda mucho, o poco.. no lo sé.. Hay días en que lo único que sé es cómo me llamo, poco más..
Pero son solo eso, días, que pasan..
Besos

Isabel dijo...

Además de personas,están los sentimientos que provocas al leerte, la empatía, la simpatía, la complicidad, la comprensión...;en fin,creo que está claro que somos mucho más que palabras.Cuando escribimos, además de demostrar lo que pensamos ,demostramos lo que somos y cómo somos.Sobre todo cuando somos sinceros...
Es un placer pasar por aquí,amiga.Un beso y mejor día.:-)

CarmenS dijo...

Piensan algunas personas que chillar y enfadarse desahoga y alivia. Pues no debe ser así. Yo he sabido que enfadarse "rompe" el cuerpo, crea agujeros; que el enfado mata, que el enfado enferma, más que la angustia y la tristeza. Lo he sabido y quiero comunicarlo a quienes siento cerca.