miércoles, 14 de mayo de 2008

Veintiocho.

Cuadro blanco sobre fondo blanco. Kazimir Severínovich Malévich.

El de ayer fue casi un día de fiesta.

La entrañable brujaroja nos hizo el honor de compartir el exótico y sofisticado tacón vegetal con el que la premiaron, tanto por su buen hacer como por su calidez humana. Yo me traje mi parte, que he dejado bien instalada en la estantería de reclamos que tienes justo a la derecha , en el que -vanidad de vanidades- podré admirarlo a diario.

Por otro lado, mi eficiente abogada recordó, a última hora de la tarde, llamarme para comunicarme que ya tenemos la sentencia de divorcio, de la que me corresponde una copia, que, aunque no será exhibida públicamente, también tendrá un sitio de privilegio en la pared más cercana a este rincón de la casa.

Lástima que de madrugada llegaran los asesinos a teñir de nuevo de negro las esperanzas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, ya ves, ya puede una tener un día bueno, que siempre tiene que venir un salvapatrias a joderte y a ponerle ese gusto amargo y desesperanzado.
Enhorabuena por la sentencia. Está muy bien lo de ir cerrando puertas a golpe de papeles...

CarmenS dijo...

Un paso más hacia el futuro. Un presagio (espero)de que el tiempo arreglará los desperfectos del pasado y engendrará un futuro con luz y risas.
Tienes energías, tienes valor y tienes a Meri. Eso también augura mejores tiempos.
Besos

violetazul dijo...

Puerta cerrada pues! Felicidades!!
Que no vengan, ni siquiera de madrugada, que ya sabemos lo vulnerable que nos pone, a fastidiarte tremendo acontecimiento! no les dejes!
Besos