viernes, 23 de mayo de 2008

Treinta y siete.

Mermelada de tomate.

Por fin ya es viernes y hay dos preguntas en el aire a las que quiero responder.

No como espaguetis porque no le sientan nada bien a mi salud mental. Es algo que viene de lejos y que algún día cambiará, pero de momento esa clase de pasta no se prepara en mi cocina. Aunque habiendo tantas y tan diferentes variedades para sustituirlos tampoco es una tragedia tan grande. Recuerdo que, cuando dejé el colegio, estuve años y años sin comer lentejas. Y bueno, que llegó un momento en el que ya no las echaba de menos. Pues con los espaguetis es parecido. Aunque la verdad es que no.

Y sí, corazón, si vienes a verme te los preparo, con la salsa que prefieras, que el pesto, con la albahaca fresca que tengo aromatizando la terraza y la casa entera, tampoco se me da mal.

Ya puedo pasar a lo importante porque, además de la salsa de tomate, había pensado también preparar mermelada, y el comentario de violeta azul me da la excusa para dejar aquí la receta, a disposición de quien la quiera copiar. Es la que hacía mi abuela, que me enseñó cuando yo era pequeña y no comía nada que fuese de color rojo. Después de probarla la puse entre las excepciones, que para todo las hay.

Prepararla es tan sencillo como calcular la misma cantidad de tomates maduros que de azúcar, escaldar, pelar y trocear, casi picar, los tomates y poner junto con el azúcar en una cacerola, con unas cortezas de limón, a fuego suave y removiendo, durante bastante tiempo, hasta que la mezcla espese. Después, se deja enfriar y ya estará lista, retirando las cortezas de limón, para ir envasando en unos tarros que tendremos muy limpios y secos, preparados al efecto.

3 comentarios:

violetazul dijo...

mmmm
pues en mi casita mañana, va a ver dulce de tomate para merendar!
gracias guapa!

CarmenS dijo...

Eres una apasionada de la cocina. Se nota que lo haces con entrega, con delicadeza y con pasión. Debe ser buen remedio contra la melancolía el olor de los guisos y el sabor de las mermeladas.

servidora dijo...

Vale, ya tengo excusa. A ver si se presenta el momento...

("Hola, soy el momento y me llamo Obdulio..." :-P)


;-) :-*