domingo, 11 de mayo de 2008

Veinticuatro.


"He perdido algo que era esencial para mí y que ya no lo es. No me es necesario, como si hubiese perdido una tercera pierna que hasta entonces me impedía caminar, pero que hacía de mí un trípode estable. He perdido esta tercera pierna. Y he vuelto a ser una persona que nunca fui. He vuelto a tener lo que nunca tuve: sólo dos piernas. Sé que únicamente con dos piernas puedo caminar. Pero la ausencia inútil de la tercera me hace falta y me asusta, era ella la que hacía de mí algo hallable por mí misma, y sin necesitar siquiera inquietarme por ello."

Clarice Lispector.

4 comentarios:

violetazul dijo...

Qué buen texto, y qué real!!
Preferimos la absurdez del no movimiento, al miedo a lo que se abre ante nosotros.. Inmóviles pero seguros, sufriendo con algo conocido...
Besos dominicales!

fritus dijo...

Hola doña memoria...precioso texto,( y preciosa bitácora) no seré yo quien lo dude.Por cierto, ¿la imagen de la foto es de Tamara de Lempicka?, supongo que no..pero el estilo recuerda al de ella.
Un saludo

Anónimo dijo...

Con lo bueno que es caminar frente a la estabilidad que supone el trípode... No sé, todo dependerá, supongo. A lo mejor hay momentos tan tormentosos que es muchísimo mejor sacrificar el movimiento...

Arcángel Mirón dijo...

Muy buen texto, y muy real. Nos acostumbramos a cosas inútiles, a lastres. Gran texto.

Un abrazo, Memoria.